Cuando los hijos se van la vida se transforma, "eres su consejero, no diriges, aceptas sus decisiones; no ordenas ni limitas, acompañas". Tu amor es el calor del nido que los recibirá ocasionalmente, ya que ahora ellos vuelan para continuar sus proyectos, "miran de frente la vida" y avanzan, afrontando lo que esta les traiga.
Tomado de: La casadesalvador.es