Mamá, hoy celebramos todo lo que eres: tu abrazo que calma, tu mirada que sostiene, tu forma de amar incluso en medio del cansancio. Celebramos tu delicadeza al cuidar, tu ternura que brinda confianza, tu fuerza serena que transforma todos los días. Pero también queremos recordarte algo muy importante, con la misma suavidad que te habita: tú también mereces cuidado. Mereces pausas sin culpa, silencios que alivien, palabras que te abracen. Tu salud mental importa, tus emociones merecen espacio, tu corazón también necesita ser escuchado. No tienes que poder con todo, no siempre tienes que ser fuerte. Está bien llorar, soltar y pedir ayuda. Ser mamá no significa olvidarte de ti. La autocompasión también es amor: háblate bonito, abre espacios para ti, trátate con ternura, regálate el mismo cuidado que ofreces. Y si necesitas una voz que escuche y un corazón que te acompañe, aquí estamos para ti con la Línea de la Esperanza – 601 484 2094. Porque tú también mereces ser cuidada.
