El proyecto de vida no es una lista de metas que debemos cumplir, sino de elegir una dirección que refleje quiénes somos y que este guiada por el sentido y el propósito. No significa tenerlo todo claro, sino aprender a caminar con lo que somos, incluso cuando hay miedo o incertidumbre. Por eso, el verdadero bienestar surge cuando dejamos de perseguir resultados y empezamos a vivir con presencia, propósito y corazón en cada área de vida.
Imagen


