El Violentómetro nos recuerda que la violencia no siempre empieza con los golpes, sino con los gestos, las palabras y las actitudes que van apagando poco a poco la voz y la libertad de una persona. Reconocer las primeras señales, es el primer paso para detener el ciclo; amar nunca duele ni humilla: el amor verdadero cuida, respeta y da espacio para crecer. Por eso, hoy en el día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el identificar, nombrar y poner límites no es debilidad, es una forma profunda de amor propio.
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