La dependencia emocional nace del miedo a perder al otro y de la idea de que sin esa persona no somos suficientes; nos ata desde la carencia y nos hace olvidar nuestro propio valor. En cambio, el apego seguro, sano y adaptativo florece desde la libertad: es un lazo que nutre, acompaña y fortalece, pero que no anula la individualidad ni la autonomía. la dependencia encadena, el apego seguro construye, por eso, aprender a diferenciar entre dependencia y apego seguro es un acto de autocuidado y de amor propio que nos abre la puerta a vínculos saludables para nuestro bienestar emocional.
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